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30 Trucos infalibles para ahorrar energía en casa

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Cada subida del precio de la electricidad hace que se nos enciendan automáticamente todas las bombillas para pensar en cómo ahorrar en la factura de la luz. Optimizar nuestro consumo energético en el hogar no solo nos permitirá ahorrar unos euros, sino que con ello también estaremos contribuyendo positivamente a reducir la demanda energética global y las emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero. Así, hoy queremos darte 30 consejos que pueden ayudarte a llevar un consumo energético responsable y comprometido con el cuidado del medio ambiente. 30 trucos infalibles para ahorrar electricidad en casa y con los que caminar hacia un planeta más sostenible.

¿Cómo ahorrar electricidad en casa? 30 trucos infalibles para lograrlo

1. Ajusta tu consumo eléctrico a las horas valle en las que la electricidad es más barata.

En la mayoría de países se establece un precio diferente de la energía eléctrica en función de las horas del día y de la mayor o menor demanda que hay de este suministro en cada momento. Así, en España la franja más barata en la que podemos obtener energía gastando menos dinero, y de manera más eficiente, va desde las 00:00 a las 08:00, los días de diario, y durante todo el fin de semana. 

2. La lavadora, mejor por la noche.

En este mismo sentido, hay multitud de actividades cotidianas que podemos programar para los horarios nocturnos en los que el precio de la energía eléctrica es menor y su utilización resulta más eficiente. Por ejemplo, podemos esperar hasta las 00:00 de la noche para poner la lavadora. Lo mismo podemos aplicarlo al lavavajillas o para cargar las baterías de nuestros dispositivos. 

3. Revisa tus facturas de la luz y analiza tu consumo energético.

Una de las cosas más útiles que podemos hacer para ahorrar energía en casa es aprender sobre nuestros hábitos de consumo energético. Para ello, podemos revisar y analizar nuestras facturas de la luz para ver cuando nuestro consumo es más elevado y poder tomar medidas para reajustarlo. Por lo general podremos saber en qué meses del año generamos más gasto. Algunas compañías suministradoras nos permitirán incluso consultar el consumo por días y por horas. Cuanta más información tengamos sobre nuestro consumo energético, más fácil será concienciarnos de la necesidad de ahorrar.

4. Instala bombillas de bajo consumo.

Invertir en iluminación de bajo consumo puede suponer un gran ahorro acumulado en electricidad al cabo del año. Las bombillas más eficientes son las que incorporan tecnología LED, ya que ofrecen un bajo nivel de disipación de energía en forma de calor de tan solo el 2 %. Mientras, las bombillas de bajo consumo normales pierden cerca de un 25 % de la energía por el efecto Joule, y las incandescentes, hasta el 85 %.

5. Apaga los electrodomésticos que no utilices.

Muchos de los aparatos eléctricos y electrónicos que utilizamos en casa a diario cuentan con una función de stand by que nos permite mantenerlos inactivos mientras no los usamos. El problema es que, en el mejor de los casos, esta función aún representará un 10 % de la energía media consumida por cada aparato en pleno funcionamiento. En algunos casos, puede llegar hasta el 50 %. Así, lo mejor que podemos hacer cuando no estamos usando ciertos electrodomésticos, es apagarlos. 

6. Ilumina solo las partes de la casa que necesites.

Nos referimos, sobre todo, a no dejar luces encendidas cuando no hay nadie en ciertas estancias de la casa. En el caso de las zonas de paso, como pasillos o recibidores, puedes optar por la instalación de sensores de movimiento que activen las luces solo cuando realmente lo necesites. Otra cosa que puedes hacer en este sentido es repensar la ubicación de los puntos de luz de tu hogar. Por ejemplo, puede que muchas de tus bombillas y otras fuentes de luz estén empotradas en el techo a una cierta altura. Esta distancia desde la fuente lumínica hasta la superficie que realmente necesitamos iluminar supondrá una considerable pérdida de potencia. Para minimizar esta pérdida, podemos emplear lámparas colgantes o lámparas de pie que acerquen las fuentes de luz a la altura de uso habitual de la casa. 

7. Aprovecha al máximo la luz natural.

Piensa si realmente necesitas tener la luz encendida para iluminar una estancia durante el día. En muchas ocasiones y durante muchas horas al día bastará con abrir las persianas y correr las cortinas lo suficiente como para que la luz natural del exterior ilumine la habitación. En este mismo sentido, fíjate en si el material de las cortinas es lo suficientemente traslúcido como para que no bloquee el paso de luz en exceso. 

8. Pinta tu casa de blanco para ahorrar en la factura de la luz.

El color blanco en acabado satinado es el mejor para reflejar la luz natural que entra por las ventanas y la luz artificial de las lámparas de tu hogar. Los colores claros en general generan una mayor sensación de luminosidad, por lo que conseguirás iluminar tu casa con menos energía consumida. Esto aplica principalmente para las paredes de la casa, pero también para techos, suelos y cualquier otra superficie susceptible de reflejar o absorber grandes cantidades de luz, como por ejemplo muebles de grandes dimensiones.

9. Optimiza la hermeticidad de los cerramientos de tu hogar.

Una de las mayores pérdidas de energía que se generan en una casa tiene que ver con la disipación de calor por un mal aislamiento de los cerramientos. Revisar y mejorar el nivel de hermeticidad de las paredes y de las juntas de puertas y ventanas de la casa puede suponer un ahorro de energía para climatización de hasta el 30 %. 

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10. Aprende a usar las persianas para optimizar la eficiencia energética.

Un buen uso de las persianas, tanto en verano como en invierno, puede ayudarte a gestionar mejor la disipación de la energía a través de las ventanas de tu casa y a ahorrar en la factura de la calefacción. Por ejemplo, si bajas las persianas durante la noche, crearás una cámara de aire extra entre los cristales de las ventajas y el exterior que minimizará la pérdida de calor. 

11. A la hora de ventilar la casa, entre 5 y 10 minutos son suficientes.

Renovar el aire de la casa todos los días es realmente necesario, pero con dejar las ventanas abiertas durante unos 5 a 10 minutos al día será más que suficiente. Más tiempo supondrá una pérdida de temperatura excesiva y un gasto energético extra para volver a la temperatura idónea. 

12. Ajusta correctamente la calefacción de tu vivienda a la temperatura necesaria.

La temperatura que recomienda la IDAE (Instituto para la Diversificación y Ahorro de la Energía) para la calefacción de espacios interiores se sitúa en 20 °C o 21 °C. Ten en cuenta que cada grado de temperatura adicional innecesario supondrá un gasto energético extra de hasta el 7 %.

13. Optimiza el uso de los radiadores de tu casa.

En muchas ocasiones dejamos todos los radiadores de la casa encendidos aunque solo utilicemos ciertas partes de la vivienda durante el día a día. Para ahorrar energía, podemos encender tan solo aquellos radiadores de las estancias que usamos. Así acortamos el circuito del agua y minimizamos la disipación de calor.

14. No bloquees los radiadores.

El funcionamiento de los radiadores se basa en la transferencia de energía térmica que se da cuando el aire de las estancias circula a través de las partes calientes del radiador. Si bloqueamos los radiadores con muebles, cubrerradiadores u otros elementos, dificultamos el paso del aire y elevamos el gasto energético innecesariamente.

15. Purga los radiadores al menos una vez al año.

Asegúrate de purgar los radiadores anualmente antes de empezar a usar la calefacción. El aire en los radiadores dificulta la transferencia de calor entre el agua caliente y los propios conductos del sistema de calefacción. Purgar los radiadores contribuirá a mejorar la eficiencia de la calefacción y te ayudará a ahorrar energía.

16. Para secar la ropa, mejor el tendedero tradicional que la secadora.

En la actualidad, muchos de los electrodomésticos que utilizamos no son de vital importancia para nuestro día a día. Tan solo nos ofrecen una forma alternativa de realizar cierta actividad de manera más cómoda, aunque a veces esto no sea lo más eficiente desde el punto de vista energético, no lo más sostenible. El ejemplo más claro quizá sea el de la secadora de ropa, un electrodoméstico totalmente prescindible en un país con la climatología de España, en el que podemos secar la ropa con relativa rapidez en un tendedero tradicional. Así, ahorraremos hasta 100 euros al año en la factura de la luz. 

¿Es mejor usar secadora o tendederos tradicionales para secar la ropa?

17. Usa un termostato programable en tu sistema de calefacción.

Un termostato automático programable te permitirá ajustar la calefacción de tu hogar de forma precisa a tus necesidades reales de consumo. Por ejemplo, podrás apagar la calefacción durante las horas en las que no estás en casa. En la actualidad  puedes encontrar en el mercado incluso termostatos con conexión Wifi que te permitirán controlar tu sistema de calefacción desde un dispositivo móvil. 

18. Revisa la etiqueta energética de tus electrodomésticos.

Aprender a leer la etiqueta de eficiencia energética de tus electrodomésticos te ayudará a ser más consciente de tu consumo de energía. Cuando necesites renovar el equipamiento de tu hogar, valora la posibilidad de adquirir electrodomésticos más eficientes. Estos te permitirán ahorrar energía, reducir tu factura de la luz y cuidar el planeta. 

19. No descuides el mantenimiento de la caldera.

Un buen mantenimiento regular de tu caldera y del resto de elementos de tu sistema de calefacción puede suponer un ahorro energético de hasta un 15 % anual. Revisa el estado de tu caldera antes de la llegada del invierno para asegurarte de que su funcionamiento y eficiencia sean óptimos. 

20. Protege las calderas y termos de la intemperie.

Si tu sistema de calefacción y de generación de agua caliente de uso sanitario cuenta con elementos en el exterior de la vivienda, como termos eléctricos o calentadores, asegúrate de que estos estén bien protegidos y aislados del frío y de la humedad. Esto no solo garantizará su buen funcionamiento y alargará su vida útil, sino que también minimizará las disipaciones de calor. 

21. Usa recubrimientos aislantes en las tuberías de calefacción.

En la misma dirección que el punto anterior, puedes minimizar la pérdida de calor que se produce a través de las tuberías que haya en el exterior de la vivienda cubriéndolas con coquillas de material aislante. Esto ofrecerá además un nivel de protección extra contra la humedad y la corrosión. 

22. No abuses del aire acondicionado.

Con mantenerlo entre 23 °C y 24 °C suele ser suficiente para disfrutar de una temperatura agradable en casa. El aire acondicionado supone una tecnología muy poco eficiente desde el punto de vista energético, además de contribuir negativamente al calentamiento global del planeta. 

23. Usa láminas de protección solar en tus ventanas.

Para evitar el calor excesivo durante el verano, una buena alternativa al uso del aire acondicionado es la de instalar láminas con filtros solares en tus ventanas. Estas láminas se instalan fácilmente y bloquean gran parte de la radiación infrarroja del sol, con lo que ayudan a evitar que suba la temperatura en el interior de la vivienda.

8 alternativas para mantener la casa fresca en verano sin usar aire acondicionado

24. Usa láminas aislantes en tus ventanas.

Si tu problema es el frío, de manera similar puedes instalar láminas adhesivas en tus ventanas para incrementar su capacidad de aislamiento térmico. Con ello no demandarás tanto uso de la calefacción y podrás ahorrar entre un 13 % y un 28 % de energía.

25. Limpia los filtros de los aparatos de aire acondicionado y de los sistemas de climatización.

Si empleas algún sistema de aire acondicionado o de climatización por aire para regular la temperatura de tu hogar, revisa que los filtros estén limpios y en buenas condiciones. Si el aire no pasa adecuadamente a través del filtro el aparato tendrá que trabajar a más potencia y esto elevará su consumo energético.

26.  Revisa el nivel de gas de tu aparato de aire acondicionado.

Los aparatos de aire acondicionado emplean gases refrigerantes para realizar la transferencia térmica con el aire circulante de la casa. Si tu aparato de aire acondicionado no enfría correctamente el aire, puede que sea el momento de que llames al técnico para que recargue el gas del circuito. Si no, el sistema consumirá más electricidad de la que necesitaría en condiciones normales de funcionamiento. 

27. Echa un vistazo a la potencia contratada para tu vivienda.

Una potencia de 4,6 kW suele ser suficiente en la mayoría de casos para viviendas de dos o tres habitaciones. Si no hacemos un uso excesivo de la electricidad, podemos reducir la potencia contratada con nuestra compañía suministradora de cara a ahorrar energía. 

28. Al cocinar, tapa las sartenes, las ollas y las cazuelas.

Con esta sencilla acción creas un efecto horno que hace que el calor se concentre y los alimentos suban de temperatura de forma más rápida. De esta manera, podrás reducir el tiempo de cocción y el consumo de energía que necesitas para hervir agua, para hacer guisos, etc. 

29. Aprovecha el calor residual.

El horno y la vitrocerámica se mantienen calientes varios minutos después de que los apagues. Ten esto en cuenta cuando calcules los tiempos de cocinado de tus recetas. En muchas ocasiones podrás apagar el horno o la vitrocerámica 5 o 10 minutos antes del tiempo de cocción indicado y terminar de cocinar tus platos con el calor remanente.

30. Minimiza el tiempo en el que tienes abierto el congelador y el frigorífico.

Los congeladores, frigoríficos y otros aparatos de refrigeración de alimentos no consumen la misma energía de forma constante. Estos electrodomésticos incorporan un termostato que activa el circuito de refrigeración cuando la temperatura se eleva por encima de lo programado. Para evitar que esto suceda con mucha frecuencia, intenta mantener abierta la puerta de la nevera y el congelador durante el mínimo tiempo indispensable.

Publicado por
En Estado Crudo

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