En los últimos años, la presencia de dispositivos electrónicos ha ido aumentando en nuestras vidas. Hogares y oficinas están repletos de cacharros que funcionan unidos mediante cables y que, en muchas ocasiones, necesitan de cargadores para funcionar y subsistir.
Pero también estamos en una era en la que los aparatos electrónicos se renuevan con una velocidad muy grande y en la que muchos de ellos, al igual que sus cables y cargadores, tienen una vida bastante limitada. Esto hace que, cada poco, acabemos con varios de ellos en la mano o en una caja, ya inservibles o dispuestos a pasar a mejor vida. Pero, ¿cómo hacerlo correctamente?
Si quieres saber cuál es el modo más respetuoso con el medioambiente de deshacerte de los cables y cargadores viejos, aquí te lo vamos a contar. Pero, antes, también, queremos darte algunos consejos para que alargues su vida útil. En el fondo, darle una segunda oportunidad a los cables y cargadores viejos de tus dispositivos electrónicos es una acción todavía más sostenible que la de reciclarlos de un modo correcto.
Consejos para cuidar y conservar cables y cargadores de dispositivos electrónicos
Da mucha rabia cuando un cable deja de funcionar, o se va abriendo por alguno de los extremos hasta quedar con los hilos de cobre al aire, ¿verdad? También es un poco lío si hay que utilizar muchos y se acaban enredando. Esto, además de poco práctico y estético, también puede conllevar que se estropeen o que cojan malas formas.
Si los quieres guardar en un cajón después de usarlos, lo recomendable es que los enrolles con cuidado y, a ser posible, siempre del mismo modo. Así, evitarás que vayan estirándose las juntas de las conexiones. Tampoco es bueno que hagas eso de tirar del cable del cargador para desenchufarlo o desconectarlo. Siempre es mejor cogerlo por el cuerpo, para que la parte más endeble del cable o del cargador no sufra. Y, a la hora de guardarlos, siempre evitar las fuentes de calor cercanas, ya que pueden alterarlos o, en el peor de los casos, afectar gravemente a su funcionamiento.
Y si ya no funcionan, ¿dónde puedo tirar los cables y cargadores?
Al igual que muchos otros de los utensilios y objetos que tenemos por casa, los cables y los cargadores de los dispositivos electrónicos no se pueden tirar en cualquier lado. Aquí, por ejemplo, ya te hemos contado qué puedes hacer con los bolígrafos que ya no sirven, o dónde reciclar las pilas.
Con los cables y los cargadores pasa algo similar. No se pueden tirar en cualquier sitio, ya que pueden resultar muy contaminantes y no son residuos que desaparezcan rápidamente. Tampoco es bueno tirarlos al cubo de basura general, por la misma razón, aunque siempre sería mejor que tirarlos en la calle o al mar, claro.
Cuando se habla de reciclar cables y cargadores, al estar compuestos en gran parte por plásticos, mucha gente piensa que ése es el lugar correcto para depositarlos. Pero hay que tener en cuenta que, en el interior, tienen muchas partes metálicas, sobre todo de cobre y aluminio, que no pueden ir en ese contenedor. Ese cobre y ese aluminio son materiales valiosos que, además de que resulta conveniente reciclarlos y tratarlos para no contaminar, se pueden aprovechar para usos posteriores.
En España, el modo correcto de tirar cables y cargadores viejos es en los puntos limpios habilitados en cada ciudad. En estos lugares, suele haber contenedores especialmente indicados para cada tipo de materiales y productos, y los cables de dispositivos electrónicos, teléfonos y ordenadores tienen un lugar apropiado para su posterior tratamiento.
¿Qué pasa con los cables y cargadores después de tirarlos al punto limpio?
Como ya sabes, los cables y los cargadores están fabricados con plástico y metal. Así que lo primero es separar ambos compuestos, lo cual se hace gracias a máquinas especializadas en esta tarea. Aquí, lo más importante es juntar todo el metal; el cobre con el cobre y el aluminio con el aluminio (éstos son los dos principales que están presentes en estos objetos).
Una vez que se ha reunido todo el metal, se procede a su fundición, lo cual es el paso anterior a darle un nuevo uso posterior. El cobre, por ejemplo, no pierde nunca sus propiedades, y puede llegar a resultar un material bastante apreciado para la fabricación de nuevos cables, para construcción, motores, etc.
En cuanto al aluminio, también hay un montón de productos y artículos que se fabrican gracias a su reciclaje. Bandejas, papel, latas, recipientes, etc. Y, por último, el plástico reciclado también se aprovecha para hacer bolsas, recipientes o, aunque parezca mentira, partes de otros artículos como muebles, componentes y, por qué no, partes y accesorios de dispositivos electrónicos.
Así que, ya sabes, no tires tus cables y cargadores en cualquier sitio. Puedes poner tu granito de arena y ayudar a que esos materiales sirvan para nuevos usos.