La pitaya o fruta del dragón es una fruta que ha cobrado especial atención en los últimos años en occidente. No solo por su llamativo aspecto, sino también por su sabor agradable y dulce, por sus múltiples propiedades nutricionales y por su versatilidad a la hora del consumo. Y es que se trata de una fruta que puede comerse de muchas formas diferentes. Por supuesto, en crudo. Pero también resulta un ingrediente perfecto para incorporar a todo tipo de preparaciones culinarias. Sobre todo, para hacer todo tipo de pasteles y otros postres, confituras, helados, batidos, etc.
Antes de continuar conociendo a esta fruta tan peculiar, conviene matizar que la forma más correcta de referirnos a ella debería ser en realidad a través del término pitahaya, que en la lengua autóctona de las Antillas significaría algo así como “fruta escamosa”, en referencia a las múltiples espinas que recubren la piel de este fruto. Una característica común que desarrollan las frutas y hojas de esta y otras plantas cactáceas para minimizar la pérdida de agua por transpiración. Este nombre de pitahaya haría referencia, como decimos, a dos especies principales que son las de consumo más extendido: la Hylocereus triangularis, o pitahaya amarilla, y la Hylocereus ocamposis, o pitahaya roja. Aunque también podemos encontrar frutas de este tipo en otras especies de plantas del género Selenicereus. Pero no hay que confundir a estas últimas ni a las del género Hylocereus con los frutos de otras variedades de plantas, estas si correctamente denominadas como pitaya, pertenecientes al género Stenocereus.
Y ahora sí, podemos continuar conociendo a esta interesante fruta, a la que nos referiremos a partir de ahora simplemente como pitaya, ya que aunque incorrecto, este es el nombre más comúnmente extendido en nuestro país para este delicioso alimento.
Como bien decimos, esta fruta puede encontrarse en diferentes variedades en los mercados, siendo las más comunes la pitaya amarilla, de pulpa blanca en el interior; la pitaya blanca, de piel rosácea e interior blanco; y la pitaya roja, de color rojizo o rosáceo tanto por fuera como por dentro.
Las tres variedades presentan una carne muy jugosa y blanda, que puede comerse muy fácilmente simplemente usando una cuchara y que destaca por su sabroso dulzor natural. Una pulpa que contiene a su vez, en todas las variedades anteriores de la pitaya, unas pepitas negras de pequeño tamaño y también comestibles.
Pero esta fruta del dragón no solo se ha puesto de moda por su atractiva apariencia o por su sabor dulzón, sino que también es un bocado de lo más sano que puede aportarnos un montón de nutrientes esenciales si la incorporamos a nuestra dieta de manera habitual.
Los vemos a continuación.
Valores nutricionales de la pitaya o la fruta del dragón
Estos son los principales nutrientes naturales que la pitaya puede aportar a nuestra dieta, por cada 100 gramos de fruta*:
Valor energético | 50 kcal |
Agua | 87 g |
Proteínas | 0,5 g |
Grasas | 0,1 g |
Hidratos de carbono | 11,6 g |
Vitamina A | 5 µg |
Vitamina C | 25 mg |
Tiamina | 0,01 mg |
Riboflavina | 0,03 mg |
Niacina | 0,2 mg |
Fibra alimentaria | 3,3 g |
Calcio | 26 mg |
Fósforo | 26 mg |
Hierro | 0,2 mg |
Principales beneficios de la pitaya para la salud
De la anterior composición nutricional de la pitaya o fruta del dragón podemos extraer toda una serie de beneficios para nuestra salud que puede brindarnos el consumo regular de esta fruta, siempre como parte de una dieta sana y equilibrada.
Los beneficios para la salud más importantes del consumo de pitaya serían estos:
Ayuda a reforzar el sistema inmune
El alto contenido en vitamina C de esta fruta estimula la generación de glóbulos blancos y de glóbulos rojos, fundamentales para el buen funcionamiento del sistema inmunológico. También favorece la creación de plaquetas. Esta vitamina C también resulta útil para el correcto mantenimiento del tejido óseo y para la salud articular. Y además, previene contra el desarrollo de enfermedades de tipo degenerativo.
Contiene compuestos antioxidantes y tiene un efecto antiinflamatorio
El buen aporte que nos ofrece la pitaya en riboflavina y otros compuestos de tipo flavonoides, así como en vitamina C, hacen de esta fruta un alimento con buenas propiedades antioxidantes y antiinflamatorias. Así, el consumo de esta fruta puede ayudarnos a combatir el envejecimiento celular provocado por el efecto de los radicales libres en el organismo, y a mantener los diferentes tejidos que lo componen sanos y en buenas condiciones: músculos, huesos, nervios, ligamentos y cartílagos, etc.
Favorece el buen tránsito intestinal
Lo que ayuda al buen funcionamiento de los procesos digestivos y a combatir episodios de estreñimiento. Algo a lo que contribuyen también las pequeñas semillas negras que se encuentran en la pulpa de la pitaya.
Combate la anemia
El buen contenido en hierro y de otros minerales esenciales de la pitaya, así como su alto contenido en vitaminas, C, B y A, principalmente, hacen de esta fruta un alimento muy adecuado de cara a evitar episodios de anemia ferropénica.
Ayuda a regular los niveles de glucosa en sangre y es un buen alimento a incluir en dietas de control del peso
Por último, el bajo índice glucémico de la pitaya, su bajo aporte calórico y su alto contenido en fibra la convierten en un buen aliado a incluir en dietas de adelgazamiento y para control del peso. Y además, nos ayuda a mantener los niveles de azúcar en sangre en índices moderados.
* Datos nutricionales procedentes de Universidad Nacional del Santa, Facultad de Ingeniería, Departamento de Ingeniería Agroindustrial y Agrónoma, Av. Universitaria s/n, Urb. Bellamar, Nuevo Chimbote, Ancash, Peru.