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Plástico en las bolsitas de té: el té sigue siendo saludable, pero el plástico no

El té es, después del agua, la bebida más consumida en todo el mundo. Cientos de millones de personas beben té a diario a lo largo y ancho del planeta, un hábito que siempre se ha considerado bueno para la salud por las múltiples propiedades beneficiosas que aporta esta planta a nuestro organismo. Y si bien el té sigue siendo igual de saludable e igual de interesante para nuestra dieta como siempre, la decisión de algunos fabricantes de té de añadir plástico a la composición de sus bolsitas de infusionado está consiguiendo que cada vez más gente vea esta bebida con otros ojos. Y es que siempre se ha pensado que el plástico que forma parte de estas bolsas de té podría comenzar a degradarse al entrar en contacto con el agua caliente que sirve como base para el preparado de la bebida. Esto supondría que parte del plástico de las bolsitas de té se libera en el agua cada vez que preparamos una taza de té, lo que tendría unas consecuencias para nuestra salud que la comunidad científica aún trata de determinar. Una idea que ha sido confirmada a tenor de los resultados obtenidos en un reciente estudio científico elaborado por la Universidad McGill de Montreal, Canadá. Hoy conoceremos las conclusiones principales de este estudio y descubriremos de qué están hechas la gran mayoría de las bolsitas de té que se consumen en el mundo a diario. Por último, veremos cuál es la mejor alternativa para poder seguir disfrutando del té de la manera más saludable.

¿De qué están hechas las bolsas de té?

La mayoría de las bolsas de té que se comercializan contienen plástico en mayor o menor medida. Algunas de ellas, como las que se emplean para los tés premium de algunas marcas, están elaboradas a base de plástico por completo, siendo principalmente de nailon o de tereftalato de polietileno (PET) de calidad alimentaria. Pero incluso las bolsitas de té de papel incluyen algún componente plástico en su composición. En este último caso, suelen incorporar polipropileno en una proporción de entre el 20 % y el 30 %. Una medida que los fabricantes toman para que las bolsitas sean más resistentes y no se deshagan al entrar en contacto con el agua caliente que se usa en el momento de preparar la infusión de té.

Aunque en los últimos años la conciencia de los consumidores, y la preocupación de la sociedad en general, por los problemas de salud y medioambientales derivados del uso de plásticos de un solo uso ha ido en aumento, son todavía pocas las marcas que ofrecen bolsitas de té 100 % biodegradables. Así, según publicó The Guardian en 2010, la gran mayoría de las marcas comercializadoras de té en bolsitas en el Reino Unido empleaban plásticos en su producción. Un hecho aún más preocupante si tenemos en cuenta que el 96 % de los bebedores de té de este país lo consumían en este tipo de formato. 

Una vez que sabemos que casi todas las bolsas de té que se consumen en el mundo llevan plásticos, la siguiente pregunta que debemos hacernos es: cuando preparamos una taza de té ¿se queda el plástico en la bolsa de té o puede pasar parte de este plástico a la bebida? 

Las bolsas de té liberan partículas de plástico en el agua

Confirmado: las bolsas de té liberan partículas de plástico en el agua de nuestra infusión. Esa es la principal conclusión a la que ha llegado un reciente estudio científico realizado por el Departamento de Ingeniería Química de la Universidad McGill, en Montreal, Canadá. Y lo hacen en cantidades muy elevadas: cada bolsa de té puede liberar hasta 11 600 millones de partículas de microplásticos y hasta 3 100 millones de partículas de nanoplásticos. Estas cifras han despertado la preocupación del resto de la comunidad científica internacional, sobre todo de los investigadores que trabajan para intentar determinar cuál es el efecto de la entrada de microplásticos y nanoplásticos en nuestro organismo. Y es que esta cantidad de microplásticos y nanoplásticos es muy superior a la que se ha podido encontrar en otras muchas bebidas y alimentos, como el agua embotellada, los pescados procedentes de aguas dulces, la sal u otros alimentos de origen marino. 

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microplasticos bolsas te

Para llevar a cabo el estudio, los investigadores tomaron como punto de partida 4 tipos de bolsas de té elaboradas con plástico. A continuación replicaron las condiciones de preparación de una taza de té. Primero vaciaron las bolsitas y las lavaron para evitar que las sustancias que forman parte del contenido pudiesen perturbar las mediciones. Después infusionaron las bolsitas en agua caliente a unos 95 ºC de temperatura. Hecho esto, analizaron la composición del agua después de hacer la infusión, empleando diferentes técnicas de espectroscopía. 

En una segunda fase del estudio, los investigadores quisieron ver los posibles efectos de las partículas de microplásticos y nanoplásticos al entrar en contacto con un organismo vivo. Para ello, emplearon una especie de crustáceos planctónicos conocidos como dafnias o pulgas de agua, un tipo de organismos de uso muy extendido en investigaciones toxicológicas. En este punto, el equipo del Departamento de Ingeniería Química de la Universidad McGill detectó que la influencia de las partículas de plástico hacía de las pulgas de agua sufrieran ciertas anomalías anatómicas y modificaciones en su comportamiento. 

Té a granel: la alternativa más saludable

Ante las preocupantes conclusiones del estudio de la Universidad McGill, y a falta de que la ciencia pueda demostrar los efectos adversos negativos de los microplásticos y los nanoplásticos sobre nuestra salud, la idea más sensata parece ser prescindir del té en bolsitas. 

La forma más sencilla de hacerlo es comprando té a granel y empleando un infusionador tradicional o un colador. Además, es muy recomendable que optemos por el consumo de té de calidad, de origen orgánico a ser posible, para que nos aseguremos de que no contiene pesticidas ni otro tipo de toxinas. Y es que la planta del té se caracteriza por absorber todo tipo de sustancias durante su cultivo, a través del agua o de la tierra, como fluoruros o diferentes metales pesados. 

Otra vez toca repensar nuestra forma de hacer las cosas, volviendo a como las hacíamos hace unos años. Consumiendo té a granel podremos seguir disfrutando de todos sus beneficios para la salud: efecto antioxidante, disminución de la presión arterial, efecto regenerador celular, protección contra problemas hepáticos, cerebrales y cardiovasculares, efecto anticancerígeno… Y lo haremos sin introducir partículas plásticas en nuestro organismo y sin incrementar la contaminación por microplásticos del medio ambiente.

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