Limpiar el horno es una de esas tareas que puede resultar muy engorrosa. A todos los que nos gusta cocinar, contamos con el horno como un gran aliado para preparar un montón de alimentos y recetas, pero también somos conscientes de que, en muchas ocasiones, no solo da pereza limpiarlo, sino que se puede convertir en una tarea muy costosa.
Esto sucede, sobre todo, cuando no cuentas con los conocimientos y las herramientas necesarias. No te preocupes, aunque odies limpiar el horno después de cocinar, con estos consejos que te vamos a dar para limpiarlo con bicarbonato y vinagre, conseguirás dejarlo reluciente con muy poco esfuerzo y dinero.
¿Qué es lo que necesitas para limpiar el horno?
Como te hemos adelantado, nuestro consejo de hoy se centrará en limpiar el horno con dos productos muy comunes y muy básicos: bicarbonato y vinagre. Pero, además de estas dos cosas, también te recomendamos que te hagas con otros utensilios, como unos guantes, un estropajo, un trapo o bayeta, un pulverizador y un cuenco; nada fuera de lo común, sino que seguramente ya los tengas todos en casa.

Hay gente que prescinde de los guantes, aunque nosotros los recomendamos, sobre todo, para que protejas tus manos de la suciedad. En cuanto al estropajo, nosotros preferimos uno normal, o suave, aunque mucha gente lo sustituye directamente por la bayeta y otras personas acuden a los estropajos más duros. Esto lo dejamos a tu elección.

Los pasos que has de seguir para limpiar el horno del modo más rápido
En el cuenco, echa un poco de agua y un par de cucharadas de bicarbonato. Remueve para que los polvos se disuelvan hasta que la consistencia que consigas sea como la de una pasta granulada. Esto es muy importante, ya que te quedará un tipo de crema exfoliante que, en lugar de a la piel, vas a aplicar al interior del horno, a las bandejas y a las rejillas.

Lo primero que tienes que hacer es sacar todas esas partes extraíbles del interior del horno que hayas usado y que estén manchadas, seguramente bandeja y rejilla. Puedes colocarlas en un balde grande o, directamente, en el fregadero. Para lavarlas correctamente, te recomendamos que las sumerjas primero en agua, de modo que la grasa y los restos incrustados se vayan ablandando, y luego las impregnes con la pasta de bicarbonato, dejándolas reposar durante un rato.

En este rato, mientras la pasta va actuando sobre la bandeja y la rejilla, empieza a untar la mezcla del bicarbonato por el interior del horno. Lo ideal es que quede todo cubierto, aunque haya zonas en las que no percibas suciedad. Si necesitas preparar un poco más de pasta con el bicarbonato y el agua, no lo dudes. Es mejor que haya pasta de sobra que de menos.
Una vez que tengas todo el horno impregnado, el color del bicarbonato se irá oscureciendo, lo cual es la mejor señal, ya que quiere decir que la suciedad y la grasa de las paredes del horno se está desprendiendo.
Pero no lo toques. Lo ideal es que lo dejes actuar durante un buen rato, ya que, a diferencia de las rejillas y bandejas, a las cuales les puede ser suficiente con 30 minutos, con esto es mejor que pasen unas cuantas horas. De hecho, una buena idea es dejarlo actuar durante la noche y, a la mañana siguiente, retirar la pasta para comprobar lo eficaz que ha sido.
Para quitar la pasta, haz uso del estropajo, previamente mojado y escurrido, y vete aclarando después de cada pasada. Seguro que ya notas la gran diferencia en el interior del horno y que la grasa y las capas de suciedad incrustada se van despegando con mucha facilidad.

El toque final a la limpieza de tu horno
Por último, para eliminar esos restos de bicarbonato y grasa que aún no se han despegado del interior del horno, y también de las rejillas y bandejas, puedes echar un poco de vinagre en un pulverizador y espolvorear sobre esas partes. Tal vez se produzca más espuma, pero esto es normal cuando el vinagre hace contacto con el bicarbonato.

Una vez que tengas todo listo, ya solo te queda pasar un trapo suave para secar el interior del horno o, en su defecto, encenderlo durante unos minutos para que se seque solo con su propio calor.
Todo este proceso también lo puedes aplicar a la puerta del horno, aunque, al ser normalmente de cristal, no es necesario que pase tanto tiempo de reposo con la pasta de bicarbonato.
Bicarbonato y vinagre, el desatascador casero que todo el mundo debe probar
Las ventajas de limpiar el horno con bicarbonato y vinagre
Aunque pueda parecer un método de limpieza rudimentario y básico, esto no le resta eficacia. Pero si tienes dudas sobre sus ventajas con respecto a otros productos de limpieza que puedas encontrar en el supermercado, aquí te vamos a dar tres muy importantes:
- El bicarbonato y el vinagre no son productos tóxicos y son fáciles de eliminar. Esto, sobre todo si hay niños pequeños en la casa, es un gran pro.
- Muchos de los productos de limpieza especializados que hay en el mercado producen residuos difícilmente desechables que, al ser vertidos en la basura, resultan gravemente contaminantes.
- Y, por último, el precio. El bicarbonato y el vinagre son productos realmente baratos, por lo que contar con lo necesario para limpiar bien el horno no te va a suponer un sacrificio económico.