Las plantas representan uno de los grandes reinos de seres vivos. Se trata de seres multicelulares especialmente complejos, que necesitan realizar la fotosíntesis como parte de sus funciones vitales. Tras cientos de millones de años de evolución, en la actualidad existen una cantidad indeterminada de especies de plantas diferentes, aunque podríamos decir que estarían en torno a un rango de cientos de miles de especies distintas.
De todas estas especies de plantas conocidas, solo algunas de ellas tienen flores. Estas flores no son más que las estructuras reproductivas de algunas plantas, a las que conocemos como plantas espermatofitas o plantas fanerógamas. Dada la incapacidad para el desplazamiento de las plantas, las flores cumplen un papel fundamental como mecanismos de atracción de insectos y otros animales, lo que permite la reproducción de estos vegetales a través de la polinización. Quizá por eso sea que a lo largo de su evolución, las plantas hayan desarrollado una diversidad incalculable de flores. Algunas de ellas nos son absolutamente familiares e incluso las empleamos a diario como ornamento, con fines medicinales, como alimento, etc. Otras, en cambio, son excepcionalmente inusuales y desconocidas. Caracterizadas por sus llamativas formas, sus colores o por el aroma que desprenden, las flores atraen nuestra atención y la de muchos otros animales. Algunas son todo un símbolo de la belleza de la naturaleza y, todas ellas, son una muestra minúscula de la riqueza y biodiversidad de nuestro planeta. Un magnífico recordatorio de que debemos avanzar hacia un mundo más sostenible y respetuoso con el medio ambiente. Por ello, para concienciarnos de su importancia, hoy vamos a conocer a una pequeña representación de estas flores. Algunas son especialmente inusuales, otras son extravagantes por su morfología y colorido, porque nos recuerdan a otras cosas o porque esconden características sorprendentes. A continuación, presentamos nuestro ranking de las flores más raras del mundo conocidas hasta la fecha.
Conocida a menudo como “flor de la luna” o “reina de medianoche”, se dice de ella que es la flor más cara del mundo. Y es que esta flor originaria de países como Sri Lanka, Japón, La India, China o algunas zonas de América Central es tan delicada que no se puede manipular sin dañarla. Producida por un cactus, esta flor florece únicamente a partir de la medianoche y se cierra, marchitándose, con el amanecer.
También conocida como parra esmeralda, esta parra originaria de los bosques de Filipinas pertenece al grupo de las leguminosas, por lo que guarda un parentesco lejano con las plantas del guisante o de las alubias. Las flores de esta parra se caracterizan por su llamativo color verde azulado y por formar racimos que cuelgan hacia el suelo pudiendo llegar a medir hasta 3 metros de longitud. La deforestación del medio natural es una de las principales amenazas de las parras de jade, actualmente en peligro de extinción. A esta amenaza se une además la dificultad que conlleva cultivarlas artificialmente, ya que estas plantas necesitan de la acción polinizadora de los murciélagos para reproducirse.
Originaria de Ecuador y Perú, esta orquídea es conocida por la similitud que sus pétalos, pistilos y antena guardan con la cara de un simio. El “Drácula” de su nombre científico hace referencia al personaje de Brahm Stoker, por el parecido de la forma de sus pétalos con los colmillos del vampiro. Estas flores solo se dan en altitudes de en torno a 2000 metros sobre el nivel del mar, por lo que son muy poco frecuentes.
La Amorphophallus titanum es una flor muy extraña que se encuentra en grave peligro de extinción. Solo puede encontrarse en algunas zonas bajas y lluviosas de Indonesia, donde la conocen como bunga bangkai, cuya traducción literal equivaldría a “flor cadáver”. Y es que esta enorme flor, que puede alcanzar los casi 3 metros de altura, desprende un olor putrefacto cuando florece. Este olor a carne muerta es un reclamo perfecto para atraer a moscas, escarabajos carroñeros y otros insectos que propician la polinización de esta planta. Las Amorphophallus titanum tan solo florecen, aproximadamente, una vez cada 10 años.
La flor de chocolate se conoce con este nombre por su dulce aroma a vainilla y a cacao. Originaria de México, esta planta está actualmente extinta en el medio natural. Hoy en día solo es posible contemplarla a través de los diferentes clones que se han ido creando por reproducción vegetativa a partir del último ejemplar silvestre encontrado en 1902. Además de por su agradable aroma, esta flor se caracteriza también por su intenso color rojo amarronado, por lo que se emplea habitualmente como flor ornamental.
La de las orquídeas es una de las familias de plantas más recurrentes a la hora de hablar de flores raras. Un buen ejemplo de ello es la Orchis italica, un tipo de orquídea que puede encontrarse en Europa, Oriente Medio y en el norte de África. Las flores de esta planta suelen mostrar una gama de colores variable que puede ir desde el blanco, al púrpura, pasando por tonos rosáceos. Pero no es su color por lo que se la reconoce más fácilmente, sino por su forma. No en vano, la Orchis italica es conocida también como la flor del hombre desnudo, por la morfología que presentan los labelos de estas flores.
De orquídea en orquídea, nos detenemos ahora en otra flor de esta familia cuya forma nos recuerda a otra cosa: la orquídea garza blanca. Esta flor originaria de Japón y Corea, es una de las más bellas de esta lista. Su color blanco y la forma de sus pétalos se asemejan enormemente a la imagen de una garza batiendo el vuelo. Esta flor crece de forma silvestre en zonas pantanosas de sus países de origen, ya que necesita una gran cantidad de humedad para prosperar. Pese a encontrarse en casi todas las islas de Japón, la planta de la orquídea garza blanca es muy delicada, por lo que su población está en peligro constante.
Hablando de orquídeas amenazadas no podemos dejar de mencionar a la Lady Slipper, un tipo de orquídeas cuyos pétalos inferiores forman una especie de recipiente en forma de zapato, de donde adquieren su nombre. En este caso nos centramos en una variedad especialmente escasa, la Yellow And Purple Lady Slipper, un tipo de orquídea que se consideraba extinta hasta 1917, momento en el que se encontró una de estas plantas en un campo de golf en el condado de Lancashire. En la actualidad, la planta tiene 6 flores y lleva siendo protegida por la policía desde el momento de su descubrimiento.
Linterna china es el nombre más común con el que se conoce al arbusto Physalis alkekengi. Esta planta herbácea produce unas flores de brillantes colores rojizos y anaranjados, que al abrirse se asemejan a los típicos farolillos tradicionales de ese país oriental. Los frutos de la planta son comestibles y contienen vitaminas A y C. Tradicionalmente se han utilizado con fines medicinales como ingrediente para remedios depurativos del organismo. A pesar de su nombre, la linterna china es originaria de Japón.
Originaria de Japón y Corea, esta flor no destaca por ser especialmente inusual. Al contrario, actualmente hay más de 2000 híbridos de esta planta que han sido desarrollados en diferentes partes el mundo. Su característica más especial es que solo florece durante los meses de invierno y en zonas de altitud superior a los 1000 m. Pero lo realmente peculiar de estas flores es el grado de perfección y simetría que pueden llegar a mostrar algunos ejemplares. Algo que las hace especialmente atractivas y magnéticas para la vista.
Foto principal: Mark Freeth
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Las flores son sin duda preciosas.