El sabor dulce es un gusto muy agradable para la mayoría de los paladares. De hecho, los dulces son la debilidad de mucha gente y sus papilas no pueden vivir sin entrar en contacto con sabores azucarados a menudo.
Pero el azúcar no es el mejor aliado para llevar una salud equilibrada. No queremos ser tajantes con respecto a su consumo, siempre y cuando se haga de un modo mesurado y responsable y no se padezca ninguna enfermedad que se pueda ver vinculada a su ingesta. Aunque todos hemos de reconocer que, si se puede reducir la cantidad de ese azúcar tan presente incluso de modo oculto en muchos alimentos cotidianos, mucho mejor. La mejor vía para ello puede ser con edulcorantes naturales que no resulten perjudiciales para la salud. ¿No sabes cuáles son o cuáles puedes utilizar en tus próximas comidas? No te preocupes. Aquí te damos unas sugerencias, explicándote los pros y los contras de cada una de ellas, para que puedas elegir el edulcorante natural que más te convenga.
La miel es uno de los edulcorantes naturales más antiguos que se conocen y se utilizan. Producida por las abejas, es un alimento muy apreciado por sus propiedades nutricionales, y puede convertirse en un edulcorante natural muy bueno para sustituir al azúcar, además de que es antibacteriana y antiséptica, entre otras propiedades.
El problema con la miel es que, al igual que el azúcar, es muy calórica, y su poder endulzante no es tan fuerte como el de éste. Y tampoco es recomendable para los que quieran mantener a raya el nivel de azúcar en la sangre, ni para los diabéticos.
Otro de los edulcorantes naturales que más se utilizan es el sirope de agave. Ésta es una planta de origen mexicano de la que se extrae un endulzante de sabor similar a la miel, de consistencia más líquida y apto para el consumo vegano.
Su contenido calórico es similar al de la miel, por lo que tampoco es la mejor opción para los que quieran bajar de peso. Además, aunque su contenido glucémico es más bajo, su consumo a largo plazo puede conllevar problemas de salud tales como hígado graso o diabetes tipo 2.
También es conocido como melaza de abedul o azúcar de abedul, y es un endulzante natural que se obtiene de distintas frutas y vegetales. Son muchos los que cantan las alabanzas de este edulcorante natural, sobre todo porque endulza y sabe igual que el azúcar, pero tiene muchas menos calorías.
Pero a pesar de todas sus supuestas ventajas y beneficios, hay muchas voces que discuten tal perfección y prefieren mantener la prudencia, sobre todo cuando las cantidades consumidas pueden ser grandes o alargarse en el tiempo. Aún faltan evidencias y estudios que demuestren la completa inocuidad del xilitol como endulzante.
El azúcar de coco no es de los edulcorantes naturales más conocidos, pero hay que tenerlo en cuenta. Su obtención procede del néctar de la flor del cocotero y el sabor que presenta puede recordar al gusto del caramelo. Otros de sus beneficios son los aportes en vitaminas y minerales, como el magnesio, el hierro o el zinc.
Al igual que el sirope de agave, su índice glucémico es más bajo que el del azúcar normal, pero sus altos niveles de fructosa no lo hacen recomendable para un consumo en grandes cantidades. Por si esto fuera poco, hay que tener en cuenta que el azúcar de coco es un producto que se recolecta a mano, y esto hace que su precio ascienda hasta los 20€ por kilo.
Los dátiles son un fruto que se obtiene de las palmeras y que presentan un sabor tan dulce que mucha gente los utiliza para endulzar distintas recetas, sobre todo de repostería. Además, su poder nutritivo es muy grande, con muchas cantidades de vitamina A y B, además de potasio y magnesio. A esto, hay que añadirle sus propiedades antiinflamatorias y su gran cantidad de fibra.
Pero los dátiles tampoco son el sustituto perfecto para el azúcar blanco, ya que tienen muchas calorías y no son los alimentos más recomendables para los diabéticos debido a su alto nivel de azúcar.
Estamos seguros de que has visto en muchos recetarios la inclusión del plátano como un endulzante natural muy sano y útil para sustituir al azúcar blanco. De hecho, para desayunos y postres, sobre todo en recetas con lácteos, es más que indicado.
También puedes encontrar otras frutas deshidratadas, incluido el mismo plátano, como opción para endulzar algunos platos y postres. Lo mejor de éstas es que contienen mucha fibra y muchas vitaminas y minerales, por lo que te pueden ayudar también en términos nutritivos.
Como habrás visto, no se puede decir que haya un edulcorante perfecto. Los que son más sanos o recomendables por unas cosas, suelen ser un poco menos atractivos por otras. Al final, tendrás que valorar cuáles son los que más te convienen según tus necesidades puntuales, tu presupuesto y, cómo no, el sabor que más te agrade.
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