En Estado Crudo
La creciente preocupación actual de la mayor parte de la sociedad por los grandes problemas medioambientales del planeta a los que debemos enfrentarnos en este siglo XXI está fuera de toda duda. Está mayor sensibilidad de la población con retos de sostenibilidad como el cambio climático y el calentamiento global, la deforestación o la contaminación por plásticos y microplásticos es, en general, positiva, en tanto que es necesaria para establecer un punto de inicio desde el que abordar estos problemas medioambientales y proponer soluciones.
Sin embargo, esta lógica preocupación por la ecología tiene también algunas contrapartidas. Hoy nos centramos en conocer uno de estos aspectos negativos de la creciente preocupación por el medioambiente que se está manifestando en el ámbito psicológico. Nos referimos a la ecoansiedad. En este artículo, veremos qué es y en qué consiste la ecoansiedad. Descubriremos también quiénes son las personas más afectadas por la ecoansiedad, cuáles son sus principales síntomas y algunos consejos que podemos seguir para combatirla.
¿Qué es y en qué consiste la ecoansiedad?
Podríamos definir la ecoansiedad como la ansiedad provocada por el temor constante a sufrir algún tipo de desastre de grandes dimensiones y de alcance global como consecuencia del impacto del cambio climático y del conjunto del resto de problemas medioambientales que amenazan el planeta.
Aunque a día de hoy la ecoansiedad no se considera como una enfermedad en sí misma, lo que sí que es cierto es que este problema cada vez está focalizando cada vez más las atenciones de los profesionales de la psicología y de las principales asociaciones de psicología. Es el caso de la American Psychology Association, desde donde se apunta a las posibles secuelas psicológicas que podrían derivarse de la ecoansiedad y de la interiorización de las problemáticas medioambientales que nos afectan.
¿Cuál es la población a la que más afecta la ecoansiedad?
Según una encuesta llevada a cabo por la publicación The Lancet Planetary Health, la ecoansiedad está relacionada con una preocupación por nuestro futuro personal y también por el futuro de las próximas generaciones, ante la observación de las consecuencias medioambientales que nuestro modo de vida tiene en el planeta.
En este sentido, la ecoansiedad afecta, en general, sobre todo a aquellas personas que están más concienciadas con la sostenibilidad y con el cuidado del medioambiente. Y por ello, la ecoansiedad es también más común entre la población más joven, como se deriva de una reciente encuesta llevada a cabo por la publicación The Lancet Planetary Health, en la que el 45 % de los encuestados, todos menores de 25 años, reconocen la influencia negativa de la preocupación por temas de sostenibilidad en su vida cotidiana. Una porción de la población general que suele mostrarse más interesada por los temas de sostenibilidad y ecología y que, por sus propias características demográficas, experimentan también un mayor nivel de incertidumbre sobre su futuro.
Así, los expertos apuntan a un crecimiento de los casos de ecoansiedad en el futuro cercano, a medida que se van agravando las diferentes problemáticas medioambientales, al mismo tiempo que sigue aumentando la sensibilización de la población con estos temas.
¿Tengo ecoansiedad? Principales síntomas para reconocer la ecoansiedad
Como decimos, la ecoansiedad viene producida por una preocupación creciente por fenómenos medioambientales como el cambio climático. Hablamos de un tipo de ansiedad producida (o agravada) por una cuestión concreta, sin embargo, en lo que se refiere al terreno sintomático, la ecoansiedad se manifiesta de manera muy similar a otros cuadros de ansiedad. En general, si sufrimos de ecoansiedad podremos identificar sentimientos de tristeza y abatimiento, sentimientos de culpa, estado de nerviosismo generalizado, dificultad para conciliar el sueño y/u otro tipo de trastornos del sueño y del descanso, cuadros de estrés y, en los casos más extremos podríamos experimentar también dificultad para respirar e incluso cuadros depresivos.
Consejos y tips para superar la ecoansiedad
Para afrontar la ecoansiedad y reducir sus efectos sobre nosotros lo ideal es que la abordemos desde dos aspectos distintos. En lo referente a nuestro estado psicológico y de salud, podemos seguir las mismas recomendaciones generales que sirven para tratar cualquier otro tipo de ansiedad. Estas suelen ir dirigidas a reducir el estrés, a aprender a canalizar las emociones y a mejorar nuestro estado de salud global. Y en lo referente al aspecto medioambiental, conocer las diferentes problemáticas medioambientales, aumentar nuestro nivel de información sobre ellas y sobre las acciones concretas que podemos poner en práctica para paliar sus efectos negativos sobre el planeta, pueden ayudarnos a lidiar con el perjudicial sentimiento de culpabilidad asociado a la ecoansiedad.
A modo de recomendación, podemos seguir esta serie de tips para controlar y reducir los efectos de la ecoansiedad sobre nosotros:
1. Pensar en positivo
En tema de ecoansiedad, al igual que a la hora de afrontar cualquier otro problema, hay más posibilidades de éxito si nos enfrentamos a la situación con cierto espíritu positivo. No hablamos de un exceso de positividad o de positividad tóxica al estilo Mr Wonderful, sino más bien de adoptar un punto de partida constructivo desde el que poder plantear cambios en nuestro día a día. Cambios dirigidos a adoptar un estilo de vida más sostenible.
2. No subestimar el valor de las acciones individuales
Está claro que para afrontar los grandes problemas medioambientales es cosa de todos, pero tampoco hay que desdeñar el valor positivo de nuestras acciones individuales en materia de sostenibilidad. Todo suma. Siempre sin dejar de exigir como ciudadanos a autoridades e instituciones públicas y privadas que se impliquen activamente en solucionar los problemas medioambientales, ya que su capacidad de realizar cambios materiales es mucho mayor.
3. Aumentar nuestro nivel de conocimiento sobre sostenibilidad
Conocer mejor los retos medioambientales nos ayudará a poder dimensionarlos de forma más precisa. Y también nos permitirá arrojar luz sobre sus posibles soluciones y sobre las acciones concretas que nosotros podemos llevar a cabo para contribuir a su solución.
4. Trabajar en nuestra salud
Es muy posible que la ecoansiedad no venga sola y que sea solo un componente más que nos afecta a la hora de alterar nuestro estado psicológico. Por ello, siempre es importante que cuidemos nuestra salud en general, llevando un estilo de vida saludable que nos aleje del estrés y de los estados nerviosos: practicar ejercicio regularmente, tomar medidas para mejorar la calidad del sueño, llevar una dieta sana, prescindir del consumo de alcohol, tabaco y otros tóxicos, etc.
