El ahorro en la factura de la luz y el deseo de adoptar un estilo de vida más respetuoso con el medio ambiente han hecho que el interés por el autoconsumo eléctrico haya aumentado en los últimos años. Sin embargo, esta tendencia lógica a la preferencia de sistemas de generadores de energía eléctrica basados en el uso de energías renovables se vio cohibida, en gran medida, por algunas de las últimas leyes y políticas aprobadas en España para regular el autoconsumo eléctrico en favor de las compañías distribuidores y comercializadoras de electricidad. Este es el caso, por ejemplo, del polémico “impuesto al sol”. Por fortuna, las últimas normativas europeas y nacionales, actualmente en vigor, parecen haber puesto algo de sentido común sobre la mesa. Estas medidas apoyan firmemente la implantación de sistemas para el autoconsumo eléctrico en los hogares y empresas europeos y españoles, como parte de los paquetes de medidas que la Unión Europea quiere tomar para la transformación de los sistemas de producción de energía y la descarbonización de la economía. Unos objetivos que se alinearían con el resto de políticas planteadas para la lucha contra el cambio climático.
Con el respaldo de las instituciones, el momento actual es especialmente adecuado para decidirse por el autoconsumo eléctrico. Pero ante un cambio de tal transcendencia para nuestro hogar o nuestra empresa, es seguro que surgirán una serie de dudas razonables. Por ello, hoy intentaremos responder a las 10 preguntas más habituales que debemos hacernos antes de instalar un sistema para el autoconsumo de electricidad.
El autoconsumo eléctrico consiste en la generación de energía eléctrica en el propio hogar o en la propia empresa, a través del aprovechamiento de fuentes de energía renovables (principalmente energía solar y, en menor medida, también eólica), con el fin de satisfacer nuestras propias necesidades de consumo de energía. Así, pasamos de ser meros consumidores de electricidad, a consumidores – productores, con lo que podemos decidir qué uso le damos a la energía que producimos: autoconsumo, almacenamiento o volcado a la red eléctrica.
Entre las diferentes modalidades de autoconsumo eléctrico que existen podemos diferenciar 2 tipos fundamentales: el autoconsumo sin conexión a la red eléctrica y el autoconsumo con conexión a la red eléctrica.
En el primer caso, al no tener conexión a la red, dependemos exclusivamente de nuestro sistema de autogeneración de energía eléctrica para abastecer nuestras necesidades de consumo. El objetivo de estos sistemas es el de dar una autonomía eléctrica total a la vivienda o el lugar de trabajo para tener una autosuficiencia energética, por lo que se requiere de equipos más completos y de inversiones más fuertes.
En el segundo caso, no dejamos de estar conectados a la red eléctrica, por lo que podemos disponer del suministro de energía que esta nos proporciona aun cuando nuestro sistema generador no pueda satisfacer por sí mismo nuestras necesidades de consumo eléctrico. Este segundo caso contempla también dos submodalidades: que no haya vertido del excedente de energía producida a la red eléctrica o que sí se vuelque energía sobrante a la red. En esta última opción, podremos elegir entre dar nuestra electricidad a la red y mantener un balance energético que nos permitirá utilizar la energía sobrante en momentos en los que no generemos la suficiente electricidad; o por vendérsela directamente a nuestra compañía distribuidora.
El sistema de autoconsumo que tendremos que instalar en nuestra vivienda o empresa dependerá de nuestras necesidades de consumo eléctrico, del tamaño del inmueble, de la ubicación y orientación geográfica del mismo, etc.
En cualquier caso, un kit básico para el autoconsumo eléctrico contará siempre con una serie de componentes fundamentales:
Con la entrada en vigor el pasado mes de abril de 2019 de la ley que regula el autoconsumo en España y que recoge el Real Decreto 15/2018, del 5 de octubre, las instalaciones para autoconsumo sin volcado a la red, como aquellas en las que si hay excedente eléctrico pero que no superan los 15 kW de potencia ubicadas en suelo urbanizado, no necesitan pedir permisos de acceso y conexión.
Los únicos trámites que debemos realizar serán la obtención del certificado eléctrico de la instalación del sistema de autoconsumo y dar aviso a nuestra comunidad autónoma y a nuestra compañía de suministro eléctrico de su instalación.
Las principales ventajas del autoconsumo eléctrico radican en el ahorro económico que supone la obtención de una energía de procedencia totalmente gratuita, así como el uso de una energía 100 % renovable, sostenible y respetuosa con el medio ambiente. Usando este tipo de sistemas de autogeneración de electricidad, contribuimos a reducir los niveles de emisiones de CO2 y otros gases de efecto invernadero a la atmósfera, ayudando a combatir el cambio climático.
El principal inconveniente que plantea el autoconsumo eléctrico tiene que ver con la elevada inversión inicial que suponen este tipo de sistemas. Según datos de un informe sobre la situación del autoconsumo eléctrico en nuestro país publicado por la plataforma SotySolar en 2018, el coste de la instalación media para el autoconsumo eléctrico en viviendas durante el año anterior fue de unos 4.000 €.
Por otra parte, si nos planteamos la instalación de un sistema aislado sin conexión a la red eléctrica, podemos sufrir apagones en aquellos momentos que nuestra demanda eléctrica supere la capacidad de generación de electricidad del sistema. O cuando no dispongamos de las fuentes de energía renovables que alimentan a nuestro sistema generador: luz o viento.
Desde un punto de vista medioambiental el autoconsumo eléctrico siempre es rentable, ya que es una fuente de generación de energía 100 % renovable y de proximidad.
Pero atendiendo a criterios meramente económicos, el autoconsumo eléctrico puede resultar también muy rentable.
Según datos de SotySolar, el ahorro medio en consumo eléctrico de quienes recurren al autoconsumo es del 34 %, por lo que la amortización de la inversión inicial suele llevar entre 7 y 8 años de media. A partir de ese momento, toda la energía generada tendrá un coste 0, por lo que el ahorro se hace más notable a medio y largo plazo. A eso hay que unir la larga vida útil que tienen los paneles solares actuales entre 25 y 30 años de media, y la de las baterías, de unos 15 años.
El autoconsumo de energía eléctrica es totalmente legal en España y está respaldado por el Real Decreto Ley 900/2015 y por el Real Decreto Ley 15/2018.
Además, las últimas normativas europeas a este respecto “establecen el derecho de los ciudadanos a consumir y a almacenar su propia energía o energía autogenerada y recibir retribución por su excedente, tanto a nivel individual como colectivo”, según reconoce la Unión Española Fotovoltaica (UNEF).
El “impuesto al sol” es el nombre coloquial con el que se conocen una serie de peajes o cargos recogidos en el Real Decreto Ley 900/2015 y que gravaban algunas modalidades de autoconsumo eléctrico. Más concretamente, establecía una serie de cargos para aquellos autoconsumidores que quisieran permanecer conectados a la red eléctrica. Así, se establecían cargos fijos, por el uso de baterías de almacenamiento, y otros variables o transitorios, en función del consumo realizado y del vertido de energía excedentaria a la red.
Además, esta norma exigía la realización de una gran cantidad de trámites administrativos para poder hacer uso de sistemas de autoconsumo eléctrico, así como la instalación de nuevos contadores y otra serie de dificultades.
A pesar de que el conjunto de medidas que se conocieron como “impuesto al sol” no afectaban a instalaciones de potencia inferior a 10 kW, lo cierto es que estos gravámenes ayudaron a difundir la idea equivocada de que el autoconsumo eléctrico era poco rentable, cuando no directamente ilegal. Esto ha hecho que la proliferación de instalaciones de autoconsumo haya avanzado a un ritmo menor del esperado hasta 2017.
El Real Decreto Ley 15/2018 derogó el llamado “impuesto al sol”, reconociendo el derecho de los ciudadanos españoles a producir su propia energía eléctrica.
La última normativa de la Unión Europea sobre el autoconsumo eléctrico reconoce el derecho a la producción de electricidad y su autoconsumo tanto individual como colectivo. Así, la instalación de sistemas de autoconsumo eléctrico puede ser implantada tanto en casas y viviendas unifamiliares, como en bloques de pisos. Esta medida es especialmente interesante para un país como España, dado que más del 60 % de la población española reside en pisos.
La adecuación de las normativas europeas y españolas a las necesidades medioambientales de reducción de emisiones de gases de efecto invernadero ayudan a impulsar el autoconsumo eléctrico. También lo hacen las constantes innovaciones tecnológicas y la consiguiente bajada de precios de los equipos necesarios para producir energía limpia en nuestros hogares y empresas. Por ello, hoy más que nunca, el autoconsumo eléctrico es una opción viable e inteligente para ahorrar en la factura de la luz mientras cuidamos del planeta.
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Las placas solares sos una buena alternativa a la energía tradicional. Suponen un ahorro para quienes las instalan y no perjudican el medio ambiente como otros métodos de conseguir energía.