En el mundo occidental, y sobre todo en los países europeos, cada vez más gente se está interesando por adoptar distintos tipos de dietas plant based. Las razones para hacerlo son variadas, pero principalmente se deben a los múltiples beneficios que este tipo de patrones de alimentación pueden reportar a nuestra salud. Pero no solo. Y es que los beneficios de seguir dietas de tipo plant based van mucho más allá de nuestro estado de salud: también afectan a otros factores externos y problemáticas medioambientales como el calentamiento global o el bienestar animal. Aunque todavía es pronto para determinar todos los beneficios a largo plazo de este tipo de dietas desde un punto de vista científico, lo cierto es que la tendencia en el cambio de hábitos de alimentación hacia estas dietas plant based se está produciendo de manera rápida. Y por ello, hoy queremos ver qué tipo de beneficios podemos extraer, a día de hoy y en base a las certezas científicas que ya tenemos confirmadas, de una dieta plant based. Así, hoy conoceremos que es una dieta plant based, cuáles son los patrones alimentarios que debemos seguir para practicarla y qué tipo de beneficios para la salud y para el cuidado del planeta podemos obtener con estas dietas.
Una dieta plant based es, literalmente, aquella que está basada en el consumo de alimentos de origen vegetal. Esto quiere decir que en este tipo de dietas el grueso principal de los alimentos que componen la ingesta diaria deberá provenir del cultivo de plantas, mientras que las carnes y otros productos de origen animal estarán limitados, o directamente excluidos. Así, las dietas de tipo vegetariano, con sus diferentes niveles de limitación del consumo de productos de origen animal, quedarían englobadas también dentro de la categoría superior de las dietas plant based.
Algunas de estas directrices de alimentación de tipo vegetariano serían las siguientes:
De forma general, una dieta basada principalmente en el consumo de productos de origen vegetal, en el que alimentos como las frutas, las verduras, las legumbres y los cereales sean la fuente principal de nutrientes, es siempre recomendable para disfrutar de una buena salud. Y si a esto le sumamos un consumo bajo de sales, grasas saturadas y azúcares añadidos, podemos tener una rutina de alimentación perfectamente saludable. Una dieta en la que nuestro organismo disponga de todos los nutrientes esenciales que necesita para desarrollar sus funciones y que nos prevenga contra la aparición de las llamadas enfermedades no transmisibles, responsables de cerca del 71 % de las muertes anuales en todo el mundo.
Enfermedades tales como aquellas de tipo cardiovascular, la diabetes, la obesidad, las relacionadas con el abuso de sustancias como el alcohol o el tabaco, o aquellas que se derivan de un estilo de vida sedentario y poco saludable: mala alimentación, déficit de actividad física, etc. Problemas graves de salud para cuya prevención se recomienda prescindir o limitar el consumo de ciertos alimentos como las carnes rojas, los alimentos cárnicos procesados, los productos ahumados, con exceso de sal y azúcares añadidos, etc.
Además, al poder seguir una dieta de tipo plant based no demasiado estricta en relación con la limitación de alimentos de nuestro menú, podemos evitar el déficit de nutrientes que puede derivarse de una restricción muy exhaustiva de ciertos grupos de alimentos. Algo que podría suceder, por ejemplo, al seguir ciertos tipos de dietas vegetarianas estrictas, que a menudo pueden suponer una cierta carencia de algunos nutrientes esenciales para el organismo, como la vitamina D y la vitamina B12.
En cualquier caso, hay que remarcar que el hecho de que una dieta esté basada principalmente en el consumo de alimentos de origen vegetal no tiene por qué implicar que esta dieta sea sana per se. Para poder disfrutar de una dieta plant based realmente sana, también habría que evitar, o limitar el consumo, todos aquellos productos de origen vegetal excesivamente procesados. Alimentos producidos de manera industrial y poco saludables, que a menudo incorporan altas cantidades de azúcares, harinas refinadas o aceites y grasas vegetales de mala calidad alimentaria.
Para finalizar, hay que tener también en cuenta otra serie de beneficios, más allá del ámbito de la salud, que puede traernos la incorporación de una dieta plant based a nuestro estilo de vida.
En este sentido, la reducción del consumo de productos alimentarios de origen animal, principalmente de alimentos cárnicos y de derivados de la leche, supone una gran reducción del impacto ambiental relacionado con las actividades de producción de alimentos.
La producción de alimentos de origen vegetal tales como las frutas y verduras, los cereales, las legumbres, semillas y frutos secos, de manera general, supone unos menores índices de emisiones de CO2 y gases de efecto invernadero a la atmósfera.
Así, una dieta plant based no solo puede ser enormemente beneficiosa para nuestra salud individual, sino también para la salud del planeta. Ayudándonos a frenar el calentamiento global del planeta y el cambio climático, contribuyendo a frenar la contaminación producida por la ganadería intensiva y protegiendo la biodiversidad de las especies animales, vegetales y de todo tipo de seres vivos con los que compartimos este mundo.
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