Entorno a un 40 % del consumo energético de nuestro país se genera para satisfacer la demanda de edificios, principalmente viviendas, pero también edificios de trabajo, edificios públicos e institucionales, comerciales, etc. De este 40 % de energía consumida, más o menos la mitad se pierde en forma de calor disipado hacia el exterior. Con esta perspectiva, es interesante que cada vez surjan más alternativas de construcción que intenten dar solución a este problema. Nuevas vías arquitectónicas que plantean hogares, y edificaciones en general, mucho más eficientes desde un punto de vista energético. Este es el caso de las casas autosuficientes, de las casas ecológicas, de los techos verdes o de los pozos canadienses; diferentes propuestas para la construcción y la aclimatación de edificios de manera eficiente y sostenible de los que ya hemos hablado en otras ocasiones en En Estado Crudo. En esta misma línea, hoy queremos hacernos eco de las viviendas pasivas o passivhaus, un tipo de construcciones que se apoyan en principios de diseño bioclimático y de eficiencia energética para crear casas y otros edificios con un balance energético cercano a cero. Es decir, casas que prácticamente no consumen energía durante su uso diario.
Hoy vamos a conocer qué es una casa pasiva, veremos de dónde surge el concepto de passivhaus y descubriremos las claves que nos ayudarán a entender las principales características de las viviendas pasivas. Por último, veremos también qué certificaciones existen para garantizar que este tipo de casas cumplen con los estrictos requisitos del estándar passivhaus.
¿Qué es una casa pasiva o passivhaus?
Las casas pasivas o passivhaus son casas construidas o rehabilitadas teniendo en cuenta estrictos criterios de eficiencia energética y sostenibilidad. Así, el objetivo que se persigue al construir este tipo de casas es reducir de forma drástica la demanda de consumo energético del hogar. Esto puede suponer en algunos casos un ahorro en la factura energética de hasta el 90 % con respecto a la demanda de energía generada por las casas edificadas convencionalmente.
Pero además del ahorro, las casas passivhaus suponen unos beneficios mucho más amplios, ya que se construyen empleando materiales y técnicas sostenibles. Por otra parte, los principios de construcción passivhaus propician la creación de hogares más confortables, más sanos y con un impacto ambiental de construcción y de uso mucho más reducido.
En cuanto al término passivhaus en cuestión, este fue concebido en 1988 por el sueco Bo Adamson, ingeniero, investigador de la construcción y profesor de la Universidad de Lund; y el alemán Wolfgang Feist, físico de la construcción, profesor del Instituto de Vivienda y Medio Ambiente del estado de Hesse ( Institut für Wohnen und Umwelt), y a la postre fundador del Passivhaus Institut, el organismo regulador del estándar passivhaus. Ambos profesores definieron este estándar de construcción basándose en 5 principios básicos:
- Un exhaustivo aislamiento térmico del edificio, de cara a minimizar las transferencias de energía calorífica entre el interior y el exterior de la vivienda. Tanto desde dentro hacia afuera en invierno, como a la inversa en verano.
- Un alto nivel de hermeticidad de la vivienda, con cerramientos de alta calidad para asegurar la estanqueidad tanto de las estancias interiores de la casa, como de los intersticios estructurales del edificio.
- La eliminación de los puentes térmicos: zonas de debilidad de la estructura del edificio desde el punto de vista de las transferencias de calor.
- La selección de puertas y ventanas de calidad, así como su correcta instalación en los lugares óptimos de la vivienda, elegidos bajo criterios de diseño bioclimático. Estas puertas y ventanas deben garantizar la continuidad del aislamiento del resto de la casa, evitando fugas de calor y permitiendo al mismo tiempo un buen aprovechamiento de la radiación solar como fuente de luz y de calor.
- El uso de sistemas de Ventilación Mecánica Controlada (VMC) con recuperación de calor. Sistemas que permiten la correcta ventilación de la casa sin necesidad de abrir puertas ni ventanas, reduciendo la pérdida energética derivada de la ventilación hasta en un 90 %.
12 claves para entender qué es una casa pasiva o passivhaus
Desde su creación hasta la actualidad, el estándar de construcción passivhaus ha ido modificándose conforme a las nuevas necesidades de vivienda, a los avances en materia de construcción sostenible y de eficiencia energética, y a las diferentes condiciones climáticas de cada lugar del planeta. Así, el Passivhaus Institut contempla hoy en día hasta 7 estándares adaptados de aplicación, diferentes en función del lugar de construcción de la vivienda.
A pesar de ello, sí que podemos recoger algunas claves comunes para entender mejor qué son las casas passivhaus y que nos ayudan a definir sus principales características. Son las que siguen.
- Son casas muy eficientes desde el punto de vista energético, adoptando soluciones de diseño bioclimático para lograr ahorrar hasta el 90 % del consumo de una vivienda convencional.
- En el mismo sentido, las casas passivhaus deben generar una demanda energética, tanto para calefacción como para refrigeración, inferior a los 15 kWh por metro cuadrado y año en ambos casos.
- La demanda energética primaria, destinada a consumo eléctrico o calentamiento de agua principalmente, debe situarse por debajo de 120 kWh por metro cuadrado y año.
- Tienen un aislamiento térmico de gran calidad, empleando materiales que dificultan la transmisión de calor entre el interior y el exterior de la vivienda. Así evitan que se escape el calor en invierno y que entre al interior de la casa en verano. Se utilizan gruesas capas de aislante en suelos y cimientos, en paredes y en la cubierta de la casa.
- La construcción de la vivienda debe garantizar su hermeticidad. Para ello, el diseño y construcción de estas casas pasa por diferentes análisis técnicos que permiten localizar y reparar fisuras, grietas o perforaciones en la estructura envolvente del edificio, de cara a evitar que pueda haber infiltraciones. Con el sellado de estos puntos de fuga se consigue evitar la entrada y salida de aire y, además, se previene contra problemas de condensación y humedad que suelen derivar en la aparición de hongos, moho y otros males.
- Las casas passivhaus se diseñan y rehabilitan para que no haya puentes térmicos; puntos débiles de la estructura del edificio por los que estos pierden calor. Las zonas donde es más fácil que haya puentes térmicos suelen ser las cubiertas, las zonas de unión y juntas entre diferentes materiales, los balcones, los voladizos o los marcos de puertas y ventanas.
- Se instalan puertas y ventanas de alta calidad. Estas suelen consistir en ventanas de doble o triple hoja de vidrio, con una o dos cámaras de aire interiores. Además, los marcos de las mismas también están fabricados en materiales aislantes y permiten un encaje perfecto con los materiales aislantes de la fachada, para que el aislamiento de toda la envolvente sea continuo.
- Las passivhaus suelen incluir sistemas de Ventilación Mecánica Controlada (VMC) con recuperación de calor. Estos sistemas se basan en dos circuitos de ventilación: uno que inyecta aire del exterior al interior de la casa; y otro que expulsa el aire viciado hacia el exterior. Estos dos circuitos se cruzan en un dispositivo intercambiador de calor, que permite aprovechar el calor del aire interior que se va a expulsar para calentar el aire exterior limpio que entra en la casa, sin que nunca lleguen a mezclarse. Así, se permite una regeneración de aire constante durante las 24 h, aumentando la calidad del aire en la casa y obteniendo una mayor eficiencia energética. Con este sistema pasamos de las 7 a 10 renovaciones de aire por hora de las casas convencionales, a las menos de 0,6 renovaciones por hora de las passivhaus con sistemas de Ventilación Mecánica Controlada.
- Además, la instalación de sistemas de Ventilación Mecánica Controlada incorporan filtros de aire, por lo que el aire interior queda libre de alérgenos, CO2, partículas en suspensión y muchos otros contaminantes. Por otro lado, otro aspecto positivo de este sistema de ventilación de las passivhaus es que permite el control de la humedad relativa del aire. Así, el aire de la casa es más saludable.
- Cuando la casa passivhaus es de nueva construcción, se emplean principios de diseño bioclimático para maximizar el aprovechamiento de los recursos naturales de cara a mejorar la eficiencia energética. De esta manera, la selección del terreno, la ubicación de la construcción, la orientación de la vivienda para aprovechar la luz solar, o la instalación de elementos de sombra, se hacen en función de estos criterios bioclimáticos.
- Gracias a las mejoras de aislamiento térmico que incorporan estas viviendas, las passivhaus gozan también de un magnífico aislamiento acústico. En estas casas, el silencio es un elemento arquitectónico más.
- Además de todo lo anterior, los estándares passivhaus promueven la utilización de materiales de construcción sostenibles o de impacto ambiental muy bajo. El objetivo es que la casa resulte eficiente y sostenible, tanto durante su uso, como durante su construcción.
¿Qué tipo de certificaciones passivhaus hay?
Los beneficios que plantean las passivhaus son muchos y, no en vano, los principios recogidos en el estándar passivhaus se van imponiendo poco a poco, por ley, en las edificaciones modernas. No en vano, la directiva Europea 2010/31/EU marca que a partir del año 2020 todos los edificios de nueva construcción deben ser Edificios de Consumo Energético Casi Nulo, certificados como NZEB.
Sin embargo, el estándar de certificación passivhaus es todavía más estricto a la hora de establecer sus requisitos de eficiencia energética . Así, establece que este tipo de viviendas deben cumplir principalmente con 4 requisitos básicos:
- Que la demanda energética de la casa destinada a calefacción sea inferior a 15 kWh por metro cuadrado y año.
- Que la demanda energética de la casa destinada a refrigeración sea inferior a 15 kWh por metro cuadrado y año.
- Que la demanda en energía primaria (luz eléctrica, consumo de electrodomésticos, agua caliente, etc.) sea inferior a 120 kWh por metro cuadrado y año.
- Que el nivel de hermeticidad de la vivienda permita un ritmo de renovación del aire interior inferior a 0,6 renovaciones de aire a la hora.
En base a estos requisitos básicos y a otra serie de criterios técnicos, el Passivhaus Institut emite hasta 4 certificados passivhaus diferentes adaptados a cada situación: el certificado Passivhaus para edificios de nueva obra, residenciales y no residenciales; y el certificado EnerPHit para edificios rehabilitados, residenciales y no residenciales.