La caléndula es una planta herbácea, fácilmente reconocible por sus flores de color amarillo vivo o anaranjadas, que se emplea desde bien antiguo con fines medicinales. Sus flores son además muy valoradas como elemento ornamental e incluso como ingrediente comestible para la preparación y decoración de todo tipo de platos. Pero es sin duda alguna su uso medicinal y terapéutico por el que destaca esta planta de la caléndula. Un uso que deriva de su composición, de sus múltiples propiedades naturales y de los diversos beneficios saludables que ofrece esta planta tan vistosa.
En este artículo nos proponemos conocer algunas de estas propiedades y de estos beneficios más interesantes de la caléndula desde los puntos de vista medicinal, terapéutico y cosmético.
Cuando hablamos de la caléndula (Calendula officinalis), por lo general, nos estamos refiriendo a todo un género de plantas similares perteneciente a la familia de las asteráceas. Familia que reúne, a su vez, a casi 33 000 especies de plantas diferentes, caracterizadas por sus flores en forma de estrella. Centrándonos en el caso de la caléndula, también conocida de manera popular en algunos lugares simplemente como margarita, nos ceñiríamos a tan solo una veintena de especies concretas. Plantas de pequeña estatura, normalmente inferior a los 50 cm, de tallo recto y que suelen mostrar gran cantidad de ramificaciones que forman matas herbáceas y con hojas que recuerdan a puntas de lanza de buen tamaño, de entre 5 y 20 cm de largo.
Estas plantas de caléndula, originarias y autóctonas de las regiones bañadas por el mar Mediterráneo –donde siguen creciendo de manera silvestre aún hoy en día en muchas de estas zonas– eran ya utilizadas por los antiguos griegos y romanos hace milenios, quienes ya conocían sus múltiples propiedades medicinales. Los últimos bautizaron a estas plantas como calendulae, término que en latín hace referencia al primer día de cada mes, en alusión al período aproximado de floración de las caléndulas.
A continuación, veremos algunas de estas propiedades naturales y beneficios saludables de las plantas y las flores de la caléndula, deteniéndonos también en algunos de sus usos medicinales, terapéuticos y cosméticos más comunes.
Es útil para tratar y aliviar todo tipo de problemas de la piel, desde eccemas, úlceras, dermatitis, quemaduras, abrasiones y heridas. Para tal fin, generalmente se aplica por vía tópica en forma de infusiones, cataplasmas, pomadas o emplastes. También favorece la hidratación de la piel y la producción de colágeno. En este mismo sentido, la caléndula se ha utilizado también de forma muy extensa como remedio tradicional para tratar y combatir la irritación en la zona del pañal en bebés.
De esta capacidad antiinflamatoria se desprenden algunos de los usos más antiguos de la caléndula, como tratamiento para combatir los dolores ocasionados por la enfermedad de la gota, así como otras dolencias de tipo inflamatorio, como dolores articulares, reumáticos, musculares o dolores de huesos.
La caléndula es rica en compuestos de tipo antioxidante, como el beta-caroteno, muy importante para la síntesis de la vitamina A; el ácido linoleico u otros fitonutrientes de tipo flavonoide. Este tipo de componentes antioxidantes naturales ayudan a combatir el efecto negativo de los radicales libres a nivel celular, por lo que el uso y el consumo de la caléndula puede contribuir a regenerar y rejuvenecer los tejidos de nuestro organismo.
Además de sus propiedades antiinflamatorias, la caléndula es bien conocida también por su poder antiséptico, por lo que es una planta útil para prevenir y combatir infecciones de diversos tipos. Así, se emplea habitualmente para tratar problemas como la conjuntivitis o las infecciones vaginales ocasionadas por bacterias u hongos. Además, la combinación de las anteriores propiedades hacen de la infusión de caléndula un excelente limpiador facial que ayuda a neutralizar las impurezas y a limpiar los poros de la piel.
La infusión de caléndula se utiliza también habitualmente para favorecer los procesos digestivos y para facilitar las digestiones pesadas. Asimismo, estas infusiones de caléndula también son útiles para tratar problemas inflamatorios bucales, usadas como colutorio, o para aliviar dolores en las encías.
La caléndula, en forma de infusión o de tintura de caléndula concentrada, puede ser útil también para tratar los dolores menstruales ocasionados por la regla, debido también al gran poder antiinflamatorio de esta planta.
Aunque los beneficios medicinales de la caléndula son muchos y sus propiedades naturales pueden llegar a ser muy valiosas, existen también algunas posibles contraindicaciones que debemos tener en cuenta antes de emplear esta planta en algún tipo de tratamiento.
En particular, el uso de la caléndula no suele estar recomendado en mujeres embarazadas o que se encuentren durante la fase posterior de lactancia.
De la misma manera, es importante asegurarse de que no sufrimos ningún tipo de alergia o hipersensibilidad a la caléndula o a otras flores de la familia de las asteráceas antes de iniciar cualquier forma de tratamiento a base de esta planta. E igualmente deberemos consultar con nuestro médico si estamos utilizando la caléndula para tratar cualquier dolencia y vamos a iniciar algún otro tratamiento médico importante o si vamos a someternos a una intervención quirúrgica.
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