A las personas nos resulta extraordinariamente sencillo adaptarnos a las cosas buenas. Hasta tal punto tenemos perfeccionada esta habilidad, que con frecuencia nos acostumbramos a ellas y las damos por hecho. Si pensamos en todas las comodidades de las que disfrutamos en nuestro día a día en los países más desarrollados desde un punto de vista económico y tecnológico, es posible que no caigamos en la cuenta de que los avances que consideramos más sencillos son aún inaccesibles para muchas personas en diferentes partes del mundo. Cosas tan básicas como abrir un grifo y que salga agua potable al instante, o que apretemos un interruptor y tengamos luz automáticamente, son auténticos lujos en muchos lugares del planeta. Por eso, es necesario poner en valor la relevancia que tienen avances, aparentemente más humildes, que van realizándose en algunas comunidades. Es el caso de las botellas solares, un sistema de iluminación interior que está cambiando la vida de millones de personas en todo el mundo. Hoy veremos qué es una botella solar y cómo podemos fabricar e instalar este tipo de artilugios de forma sencilla.
Una botella solar es una solución de iluminación que consiste en la instalación de una botella de plástico llena de agua en un tejado, a modo de tragaluz. La gran sencillez de este invento solo se ve ensombrecida por su extremada eficacia. La parte superior de la botella queda en el exterior de la vivienda, funcionando como un captor de la luz natural que proyecta el sol. El agua que hay en el interior de la botella sirve como elemento de transmisión de la luz solar y la transporta hasta el fondo de la botella, que queda en la parte interior de la vivienda. En su camino, el poder lumínico de los rayos del sol se ve amplificado y extendido gracias a las cualidades de reflexión y de refracción de la luz que son propias del agua. El resultado: un punto de luz interior que tiene una capacidad de iluminación equivalente a una bombilla incandescente de en torno a 50 w – 60 w. Un invento sencillo, fácil de replicar, muy económico y espectacularmente eficaz.
La invención de la botella solar se le atribuye al mecánico brasileño Alfredo Moser, quien ante los constantes apagones eléctricos que tenían lugar en la ciudad de Uberada durante la crisis energética que sufrió el país en 2002, decidió buscar una solución que le permitiese continuar trabajando en su taller sin depender del suministro eléctrico. La sencillez del invento de Moser hizo que su implantación se extendiera rápidamente entre las viviendas desfavorecidas de Brasil, principalmente en los barrios de favelas que hay en muchas ciudades de este país. Desde ahí y con el paso del tiempo, el uso de las botellas de luz se ha exportado a diferentes países del mundo, como Argentina, Colombia, Tanzania, India, Bangladés, Filipinas o Fiji. Gran parte de este trabajo de implantación ha sido llevado a cabo por organizaciones sin ánimo de lucro como Litro de Luz, que se ocupa de la instalación de estos sistemas en diferentes países. Según datos de esta organización, para el año 2014 se preveía que un millón de personas disfrutaran de la iluminación que proporcionan las botellas de luz en todo el mundo.
La relevancia y los beneficios que la instalación de las botellas de luz llevan a estos hogares humildes va más allá de lo obvio. Las botellas de luz ofrecen una solución de iluminación interior diurna para viviendas sin acceso a la distribución eléctrica. También permiten reducir la factura energética a aquellas familias que sí están conectadas a la red eléctrica. Por otra parte, las botellas de luz suponen un ahorro energético en la producción de electricidad e implican la reutilización de residuos contaminantes como son las botellas de plástico, por lo que son una solución de iluminación sostenible y ayudan a proteger el medio ambiente. Por si todo esto fuera poco, según Litro de Luz, la presencia de luz en el interior de estas viviendas de barrios desfavorecidos lleva asociado un beneficio indirecto: el descenso de la violencia en las comunidades donde se instalan las botellas de luz. Y es que la posibilidad de permanecer en casa durante el día ayuda a que muchos jóvenes se mantengan alejados de los problemas que hay en las calles de estas zonas marginales.
Para fabricar una botella de luz solo hay que seguir unos sencillos pasos que explicamos a continuación.
Antes de nada, hay que remarcar que esta solución de iluminación es solo apta para viviendas con tejados hechos a partir de planchas metálicas, como los laminados de acero, zinc o aluminio. O de cualquier otro material que pueda ser perforado y que sea lo suficientemente estrecho como para que una botella de plástico de 1,5 L o 2 L pueda atravesarlo.
Como vemos, fabricar botellas de luz es muy sencillo y representa una forma fácil, económica y sostenible de iluminar los espacios interiores de aquellas viviendas que no tengan acceso a la luz eléctrica o que quieran reducir su factura de la luz. Todo un ejemplo de innovación que, a través de algo muy sencillo, logra mejorar la vida de las personas y contribuye a cuidar el medio ambiente.
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