“¿Dónde está la contaminación? A ver, que yo la vea.” Con este medieval argumento daba por concluida su entrevista un, entonces, ciudadano anónimo de Madrid. Lo hacía al ser consultado por una reportera sobre las medidas municipales tomadas para limitar el tráfico rodado en el centro de la ciudad. Unas medidas que venían justificadas por los altos niveles de contaminación atmosférica registrados en la capital europea a finales de 2016. Aunque la anécdota resultase de lo más absurdo, lo cierto es que esa forma de pensar, o de no hacerlo, ha contribuido a que los niveles de contaminación atmosférica registrados en las principales ciudades del mundo se encuentren, hoy en día, muy por encima de los límites recomendados por la Organización Mundial de la Salud. Y es que combatir lo que no se ve es siempre complicado. Por suerte, en la actualidad contamos con el apoyo de las nuevas tecnologías para dar forma y visibilizar un problema de salud pública y medioambiental tan grave como el del envenenamiento del aire que respiramos. En este sentido, hoy veremos algunas apps y webs que pueden ayudarnos a conocer la calidad del aire y los niveles de contaminación atmosférica de nuestra ciudad en tiempo real. Una información que es doblemente útil: para concienciarnos sobre el problema de la polución atmosférica y para planificar nuestras actividades al aire libre conociendo el riesgo al que nos exponemos en cada momento.
La contaminación del aire es el mayor riesgo medioambiental individual para la salud. Así lo afirma la Agencia Europea de Medio Ambiente (AEMA). Según los datos extraídos del estudio elaborado por este organismo, La calidad del aire en Europa – 2018, unas 430.000 personas habrían muerto de forma prematura por causas relacionadas directamente con la contaminación atmosférica en 2015 solo en Europa. Una cifra sobrecogedora, que se elevaría hasta las 7 millones de muertes anuales si la extrapolamos a un contexto mundial, según estimaciones de la Organización Mundial de la Salud. Esto supondría que una de cada ocho personas que mueren en el mundo lo haría por efecto de la contaminación del aire.
Pero además de las muertes directamente achacables a la contaminación atmosférica, este mal acarrea también otros muchos problemas de salud. Enfermedades cardiovasculares, patologías pulmonares, infartos de miocardio o cáncer son algunos de los males que sufren con mayor frecuencia las personas que se encuentran más expuestas a la contaminación atmosférica.
Los principales focos de contaminación atmosférica se concentran en torno a las grandes ciudades que, a su vez, reúnen también los mayores núcleos poblacionales. Esto hace que el problema afecte prácticamente a toda la población mundial, al estar los focos de contaminación físicamente muy cercanos a las víctimas que la sufren.
Como era previsible, la mayor parte de la contaminación atmosférica viene ocasionada por actividades humanas. La más contaminante sería el tráfico rodado, que genera polución del aire a nivel de suelo y por lo tanto respirable en altas concentraciones por las personas. Les seguirían actividades también muy contaminantes como la producción de energía mediante fuentes no renovables, la agricultura, la actividad industrial o la actividad de los hogares: sistemas de calefacción, generación de residuos, etc.
El dióxido de nitrógeno (NO2), el ozono troposférico (O3) o las partículas en suspensión (PM) estarían entre los contaminantes más peligrosos a los que nos vemos expuestos en nuestro día a día en las ciudades. Según datos de la AEMA, la exposición a partículas en suspensión menores a 2,5 micras (PM2,5) afectó al 74 % de la población urbana de la Unión Europea en 2015, causando la muerte prematura de 422.000 personas en toda Europa ese año. Un 9 % de los habitantes urbanos de la Unión Europea se vieron expuestos a altos niveles de dióxido de nitrógeno, lo que causó unas 79.000 muertes prematuras en toda Europa en 2015. Y un 12 % de la población urbana se vio afectada por niveles más altos de lo recomendado de ozono troposférico, lo que causó 17.700 muertes prematuras solo en 2015 en Europa.
A todos estos problemas de salud pública, debemos añadir también el alto coste medioambiental que supone la contaminación atmosférica a nivel planetario, envenenado animales, plantas y otros seres vivos por todo el mundo.
Una buena forma de concienciarnos de los problemas globales e individuales que nos plantea la contaminación atmosférica es conocer la calidad del aire que respiramos. Para ello, en la actualidad contamos con diferentes apps y webs que nos ofrecen esta información de forma sencilla a través de Internet, después de recopilar y procesar los datos que obtienen de diferentes estaciones de medición que hay repartidas por todo el mundo. A continuación, veremos algunas de estas herramientas que nos muestran los niveles de contaminación a los que estamos expuestos. Aunque cada vez son más las ciudades que se suman a ofrecer aplicaciones de este tipo donde poder consultar el estado del aire de forma local, en este artículo nos ceñiremos a las apps que ofrecen una cobertura de datos más o menos global. Algunas de las principales aplicaciones y webs que podemos consultar serían estas:
Informarnos adecuadamente a cerca de la contaminación atmosférica es una parte fundamental para poder concienciarnos sobre el problema y para poder actuar en consecuencia. De haber contado con alguna de estas aplicaciones o webs para conocer la calidad del aire en tiempo real, el señor que no veía la contaminación habría sido capaz de apreciar la magnitud real de este mal y, de paso, habría hecho menos visible su falta de conocimientos respecto al tema.
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