¿Has considerado alguna vez qué ingredientes contienen exactamente los alimentos que consumes? Muchas veces las etiquetas contienen decenas de ingredientes que a pesar de aparecer en la descripción son desconocidos para la mayoría de los consumidores. Muchos de estos ingredientes pueden tener impactos significativos en nuestra salud. A lo largo de las últimas décadas, los alimentos ultraprocesados se han vuelto cada vez más comunes, pero sigue habiendo confusión acerca de este término. En este artículo, te ayudaremos a comprender qué son exactamente los productos procesados, los efectos negativos que pueden tener en tu salud y cómo identificarlos para tomar decisiones importantes en tu dieta.
¿Qué son los alimentos ultraprocesados?
Los alimentos ultraprocesados son aquellos que han sido sometidos a múltiples procesos industriales para ser creados, incluyendo ingredientes artificiales y aditivos químicos. Estos alimentos suelen ser ricos en grasas saturadas, azúcares refinados y sal, mientras que carecen de nutrientes esenciales como vitaminas, minerales y fibra.
Los ingredientes comunes encontrados en los alimentos ultraprocesados incluyen jarabes y miel de maíz de alta fructosa, aceites hidrogenados, harinas refinadas, proteína vegetal texturizada, aditivos sintéticos y conservantes artificiales. En comparación, los alimentos naturales son aquellos que se encuentran en su forma original, sin haber sido procesados o alterados de ninguna manera.
¿Cuántos alimentos ultraprocesados consumimos?
El consumo de alimentos ultraprocesados ha experimentado un importante aumento en todo el mundo en la última década, según los datos de la Organización de las Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO). En concreto, se estima que estos productos representan en la actualidad entre el 25% y el 50% de la dieta de la población en países como Estados Unidos, México o Brasil.
Este aumento del consumo de alimentos ultraprocesados está asociado a una serie de factores, entre los que destacan el mayor acceso y disponibilidad de estos productos en los supermercados y establecimientos de comida rápida y la mayor demanda de alimentos que sean rápidos, cómodos y fáciles de preparar.
¿Cómo determinar si un alimento es ultraprocesado?
Para determinar si un alimento es ultraprocesado, es necesario considerar varios criterios. En primer lugar, se debe tener en cuenta el nivel de procesamiento industrial, el cual debe ser elevado. Es decir, se debe analizar la cantidad de etapas del proceso al que ha sido sometido el alimento, así como también la tecnología utilizada en dicho proceso.
Otro criterio importante es la capacidad de reconocer la materia prima que se utilizó en la elaboración del alimento. En los casos de alimentos ultraprocesados, esto no suele ser posible, ya que la materia prima se encuentra muy transformada. Por lo tanto, es fundamental estudiar la lista de ingredientes para determinar si se pueden identificar los componentes originales del producto.
Un tercer criterio a considerar es la presencia de elevadas cantidades de azúcares, grasas saturadas o sal. Estos ingredientes son comúnmente agregados a los alimentos ultraprocesados para mejorar su sabor y aumentar su vida útil. El alto consumo de estos elementos puede tener consecuencias negativas para la salud.
Por último, se debe verificar si el alimento contiene ingredientes como aditivos, espesantes, colorantes, aromas, potenciadores de sabor y conservantes. Estos componentes son utilizados para mejorar la apariencia, sabor y duración del producto, pero también pueden ser dañinos para la salud si se consumen en grandes cantidades.
Ejemplos de alimentos ultraprocesados
- Snacks y aperitivos salados: se elaboran con harina refinada, aceites vegetales de baja calidad, sal, saborizantes artificiales y otros aditivos químicos. Su alto contenido en grasas saturadas, sodio y calorías los convierte en una opción poco saludable.
- Refrescos: Los refrescos son bebidas gaseosas que contienen grandes cantidades de azúcares y aditivos artificiales. Además de ser altamente calóricos y contribuir al aumento de peso, su consumo excesivo puede aumentar el riesgo de enfermedades metabólicas como la diabetes.
- Carne procesada: La carne procesada, como salchichas y jamón york, se considera un alimento ultraprocesado debido a que ha sido sometida a procesos industriales para mejorar su sabor, textura y durabilidad. Durante estos procesos, se agregan conservantes, aditivos y sustancias químicas artificiales que pueden ser perjudiciales para la salud si se consumen en exceso.
- Comida precocinada: La comida rápida es altamente procesada y generalmente se cocina con una gran cantidad de aceite y grasas trans para mejorar el sabor y la textura. Además, los ingredientes utilizados en la elaboración de alimentos rápidos suelen ser de baja calidad y altos en calorías, azúcar y sodio.
- Cereales de desayuno: Los cereales de desayuno contienen cereales refinados y azúcares añadidos. Aunque se promocionan como una opción saludable para el desayuno, en realidad son una fuente poco nutritiva de energía y pueden contribuir a la obesidad y otras enfermedades relacionadas con la alimentación.
- Galletas: Las galletas son productos ultraprocesados que contienen altas cantidades de azúcar y grasas saturadas. Aunque algunas variantes pueden estar elaboradas con ingredientes más saludables, la mayoría de las galletas comerciales contienen aditivos artificiales y aceites vegetales hidrogenados, que pueden elevar los niveles de colesterol y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Bollería industrial: Estos alimentos están llenos de conservantes, grasas saturadas, azúcares y otros químicos nocivos que reducen su calidad nutricional y su valor biológico.
- Sopas instantáneas: Las sopas instantáneas contienen altas cantidades de sodio, grasas trans y aditivos artificiales. Aunque son rápidas y fáciles de preparar, su consumo frecuente puede elevar la presión arterial y aumentar el riesgo de enfermedades cardiovasculares.
- Algunos productos lácteos: Queso procesado, yogur azucarado con sabor, batidos saborizados, postres lácteos con alto contenido de grasas y azúcares… Son considerados como ultraprocesados y se suelen añadir edulcorantes artificiales, colorantes, espesantes, conservantes y otros aditivos para mejorar su palatabilidad y su estabilidad.
¿Cómo afecta a nuestra salud?
Uno de los efectos negativos más comunes de los alimentos ultraprocesados es el aumento de peso y la obesidad. Estos alimentos suelen tener un alto contenido calórico y bajo valor nutricional, lo que puede llevar a una ingesta excesiva de calorías y a un aumento de peso no deseado. Además, también pueden contribuir a la resistencia a la insulina y el desarrollo de la diabetes tipo 2.
Los alimentos ultraprocesados también están relacionados con un mayor riesgo de enfermedades del corazón. El alto contenido de sodio y grasas saturadas en estos alimentos puede aumentar la presión arterial y el colesterol LDL, aumentando el riesgo de enfermedades cardíacas.
Otras consecuencias del consumo de alimentos ultraprocesados incluyen problemas digestivos, como constipación y distensión abdominal, y un mayor riesgo de cáncer colorrectal. Además, estos alimentos pueden tener un impacto negativo en la salud mental y la capacidad cognitiva.
Qué medidas se pueden tomar para reducir el consumo de alimentos ultraprocesados
En los últimos años, el aumento del consumo de alimentos ultraprocesados se ha convertido en un problema de salud pública. Es por eso que es necesario implementar medidas para frenar el consumo de estos productos.
Una posible medida es aumentar el IVA de los alimentos ultraprocesados para hacerlos menos atractivos para los consumidores. Además, sería beneficioso obligar a los fabricantes a usar etiquetas frontales, que informen claramente sobre los ingredientes y la cantidad de nutrientes en el producto. Esto les dará a los consumidores más información para tomar decisiones sobre su consumo de alimentos.
Asimismo, se pueden implementar controles más restrictivos en la publicidad de estos productos, especialmente en cuanto a la publicidad dirigida a niños, quienes son más vulnerables a los mensajes publicitarios. También sería beneficioso aumentar la oferta de alimentos frescos y saludables, promover la educación nutricional y fomentar un estilo de vida activo.
Es importante recordar que el consumo de alimentos ultraprocesados contribuye a importantes problemas de salud pública. Como individuos, debemos asumir la responsabilidad de elegir mejor nuestros alimentos. Esto significa mantenerse informado y atento a las etiquetas nutricionales, no dejarse seducir por envases o publicidad atractivos, y sustituir conscientemente los productos procesados por alternativas más sanas. Aunque pueda resultar difícil, hacer estos pequeños ajustes en nuestro estilo de vida puede resultar beneficioso tanto para nuestra salud individual como para la de la comunidad en general.