Existen más de 11.000 especies de saltamontes identificadas en todo el mundo, por lo que son una de las familias de insectos más diversas.
Los saltamontes tienen un sistema auditivo muy avanzado que les permite detectar sonidos de alta frecuencia que no son perceptibles para los humanos.
Aunque generalmente se mueven a través del salto, algunos saltamontes pueden desplazarse en vuelo y alcanzar distancias sorprendentes.
Los saltamontes pueden producir sonidos de diferentes tipos frotando algunas partes de su cuerpo, lo que resulta en una gran variedad de vocalizaciones.
Si se comparan con el tamaño de su cuerpo, los saltamontes tienen patas traseras muy largas y fuertes que les permiten saltar distancias cinco veces mayores que su longitud corporal.
Los saltamontes tienen una gran demanda como alimento en algunos países, especialmente en África y América Latina, donde se consumen fritos o en guisos.
Algunas especies de saltamontes tienen estructuras en su cuerpo que les permiten cambiar de color, lo que les ayuda a camuflarse y protegerse de sus depredadores.
Aunque su dieta varía según la especie, la mayoría de los saltamontes se alimentan de hojas, hierbas y en algunos casos de otros insectos.
Las hembras de algunas especies de saltamontes pueden poner huevos sin necesidad de aparearse con los machos, lo que les permite reproducirse rápidamente en condiciones favorables.
Los saltamontes han sido objeto de estudio en áreas como la genética, la evolución, la biología del comportamiento y la ecología, brindando importantes conocimientos a la ciencia.